En China y en Asia existen antiguas tradiciones que trabajan con la fuerza vital, por lo general se basan en que una persona pase sus manos cargadas de energía sobre el cuerpo de otra persona mientras que le trasmite el qi, es decir corrientes de fuerza vital.
La curación externa del qi es una terapia común en los hospitales chinos, el sanador proyecta el qi a través de su cuerpo a fin de entrar en el campo energético del paciente, práctica inspirada en la práctica del qi gong que literalmente significa trabajar con la energía vital.
Este método se estudió y se trató en algunos animales de laboratorio enfermos de cáncer. Con el qi y tras un tiempo, se comprobó que vivían más tiempo que los que no habían recibido el tratamiento. Los científicos chinos han llegado incluso a introducir la noción del qi gong en el electroencefalograma. Esta pauta de actividad eléctrica cerebral se produce tanto en la persona que trasmite la energía como en la que la recibe.
Existen entre 2000 y 4000 modalidades diferentes de qi gong en China, las cuales enseñan cómo trabajar con la fuerza vital través de movimientos corporales que pueden llevarse a cabo mientras se permanece estirado sentado o de pie.
Las investigaciones científicas han demostrado que mover la fuerza vital dentro del cuerpo ayuda a aliviar el estrés, elimina la fatiga que provoca los viajes en avión, perfecciona el rendimiento deportivo, carga el sistema inmunitario, alivia el dolor crónico y agudo, acelera la recuperación de heridas y aumenta la efectividad de los tratamientos de la medicina occidental, también se ha descubierto que reduce el tiempo de recuperación tras una operación y del mismo modo mejoran las úlceras gástricas, enfermedades hepáticas, miopía, obesidad, asma y alergias, también resulta beneficioso para las personas que padecen trastornos neuromusculares entre otras muchas cosas.
Existen unos 30 estudios de investigación realizados en China que afirman que hacer circular la fuerza vital por el cuerpo con la ayuda del qi gong ha revertido el proceso de envejecimiento. Los efectos del qi en el cuerpo favorecen una menor incidencia de los ataques de apoplejía, la mejora en los resultados de los electrocardiogramas y la reducción de los niveles de azúcar en los diabéticos. Se cree que en China son más de un millón las personas enfermas de cáncer que practican el qi gong, cada día hay numerosos informes de casos de remisión.
El qi gong también ha demostrado su eficacia en la reducción o eliminación total de los efectos secundarios de la quimioterapia.
La creencia principal que sustenta el qi gong es la de que además del sistema nervioso y circulatorio también tenemos unos caminos de energía, los llamados meridianos en medicina china que se encuentran repartidos por todo el cuerpo.
He encontrado un experimento que realizaron dos médicos franceses en el Departamento de Medicina Nuclear del hospital de París con la intención de demostrar la existencia de estos canales de energía. Estos inyectaron a algunos pacientes en los diferentes puntos identificado como puntos energéticos, los llamados puntos de acupuntura, una solución de isótopos que después siguieron con una cámara de contraste, y de este modo vieron que los isótopos se movían claramente a lo largo de los clásicos caminos energéticos chinos.
Existen otros métodos orientales para trabajar con la energía, como la acupresión, el siatsu, el Ayurveda, aikido o karate, etc. Se dice que en China han existido especialistas de la energía desde hace más de 10.000 años, todo un logro de sabiduría y conocimiento del cuerpo humano y su funcionamiento energético y físico. Quizás una buena sesión de medicina china te ponga al día.