Hace semanas que la palabra Auténtica aterrizó en mi vida de una forma más especial que otras veces. Entonces, me tomé como tarea y misión revelarme el verdadero significado de esta palabra y sobre todo permitirme sentirla y experimentarla. Empecé a vivir la experiencia de sumergirme de forma más profunda en su significado y, como dice un amigo mío buceador, bajar unos metros más abajo para encontrarme con la belleza y los secretos del océano.
En esta aventura de viaje he ido encontrando distintos campos donde poder ser auténtica y que a veces evitaba por miedo al coste emocional que me podía llegar a producir, olvidándome del gran regalo de ejercerla y hacerla honor.
Primeramente encontré una definición sobre ser auténtica, la cual me despertó aún más curiosidad. Ser auténtica es aceptar todas nuestras partes de luz y de oscuridad, los defectos y las virtudes, incluso sacando más partido de estas últimas. Por otro lado, ser auténtica significa permitirme ser quien soy, con todas mis versiones, sin miedo a lo que piensen los demás.
Cuando llegué al espacio del amor con un hombre, mi cómplice de aventuras y camino en este planeta, me di cuenta de la importancia de la palabra auténtica. Descubrí que soy auténtica con él cuando no prostituyo mi AMOR a cambio de atenciones físicas, a cambio de caricias y mimos. He ido experimentando con los años como las mujeres, quizás por patrones culturales y creencias limitantes heredadas, tenemos una tendencia a convertirnos es esclavas del amor de un hombre, o mejor dicho, creemos que amamos a un hombre renunciando al verdadero amor en libertad y, ¿por qué pasa esto?, ¡todo por miedo!. Tenemos miedo a no ser amadas, a que nos abandonen, a no ser suficiente, a que se vayan con otra, quizás incluso a estar solas y a ser diferentes a lo que marcan los patrones y estructuras sociales. No tener pareja a cierta edad, en nuestra sociedad actual, puede significar que eres una rara y que no te soporta nadie. Sin embargo, desde mi punto de vista significa haber alcanzado el nirvana como mujer, ser lo suficientemente madura como para no venderse al primer postor, tener el listón bien alto y quererse por encima de cualquier cosa, teniendo la total certeza de merecer a un hombre realmente extraordinario que nos trate como a una Diosa y nos ame con respeto y admiración. ¿Dónde va a encontrar ese hombre a una mujer tan divina como nosotras?, ¿quién le podría amar de forma tan auténtica y pura?, ¿quién podría entenderle mejor?, solo nosotras.
Uno de mis grandes descubrimientos ha sido que estar enamorada de mi antes que de un hombre es la clave para ser Feliz y poder darle a ese cómplice lo mejor de mi ser. Cuando te despiertas cada mañana enamorada de ti la vida fluye en equilibrio y el mundo está a tus pies, te miras al espejo y a pesar de las ojeras, los granos hormonales y los pelos hechos un asco y muchas cosas más que a priori cambiarías, te dices, eres mi mejor amiga y la persona más maravillosa el mundo, ¡te amo!. Créeme que la vida jamás volverá a ser igual que antes y que unas sólidas raíces te anclarán a la madre tierra generándote una sentimiento de paz interior que no cambiarías por nada en el mundo, ni siquiera por el mejor sexo con el hombre más estupendo de este planeta.
Descubrí que ser auténtica consistía en permitirme brillar con todo mi esplendor a pesar del miedo a que otras personas no estén cómodas. A pesar de encontrarme sola andando parte del camino.
Ser auténtica es decirle a una amiga que aprecio que no voy a hacer lo que me propone, que no estoy de acuerdo y que la líder que hay en mi me pide otra cosa. Es dejar de ser educada y diplomática eligiendo decir lo que me sale de las entrañas, se enfade quien se enfade, y a pesar de los chantajes emocionales que pueda recibir. Ser auténtica es permanecer en mis convicciones y hacer honor a la líder que llevo dentro, dejándola que guíe mis pasos a pesar del miedo de perder a personas por el camino o a parecer poco adecuada.
Ser auténtica es dejar de ceder a los chantajes emocionales, de nuevo lo repito, de madres, padres, familia, jefes y seres influyentes en mi vida.
Ser auténtica es decirle a un amigo, lo siento, hoy no puedo ayudarte porque me estoy ayudando a mi primero. ¿Cómo puedo dar a los demás lo que no tengo para mi?.
Descubrí que ser auténtica es permitirme plantearme una nueva vida y volver a empezar de nuevo a pesar de ciertas opiniones cerca de mi que vayan en dirección contraria. Saber que me merezco volver a empezar me da la fuerza para seguir creyendo en mi y en todo lo que he aprendido en estos años.
Ser auténtica es permitirme cambiar de opinión, incluso cambiar un acuerdo porque ahora veo las cosas de otra manera y desde otra perspectiva. Es permitirme ser una persona distinta a la que era hace cinco minutos porque así lo decido o porque hice un trabajo que me transformó.
Ser auténtica es pedir lo que necesito y mantenerme en ello a pesar de las críticas y malas interpretaciones. Es decirle al hombre que amo, necesito tu calor y tengo el derecho de recibirlo. Ser auténtica es saber con total certeza y seguridad, y además EJERCERLO, que tengo el derecho a ser feliz siempre, así como a vivir una evolución como ser desde la alegría y la diversión evitando el sufrimiento y los dramas. Los antiguos patrones nos llevan a sufrir, los nuevos paradigmas nos llevan a evolucionar como personas desde un sitio lleno de alegría.
Ser auténtica es expresar la voz que llevo dentro desde el respeto a los demás y a pesar de las voces que no están de acuerdo. Ser auténtica es confiar en lo que siento a pesar de que todo el mundo diga lo contrario, es creer en mi por encima de todas las opiniones.
Ser auténtica es vivir la vida desde la compasión a los demás y a mi misma, entendiendo que las otras personas están aprendiendo al igual que yo. Ser auténtica es mirar a la vida con los ojos de la humildad, celebrando cada día que se me concede y que puedo llenar de momentos mágicos e irrepetibles.
Ser auténtica es respetarme, valorarme, admirarme, aceptar mis errores sin castigarme, es ser YO con mayúsculas, es dejar de ser invisible para mostrar toda la LUZ que llevo dentro, de algo tan grande llamado MI ESPIRITU. Es permitirme mostrarme, porque me lo merezco, para que otras personas salgan de su escondite y se permitan lo mismo.
Me encanta practicar ser auténtica, ¿y a ti?.
Desde la Alegría de mi Divertida transformación y salto cuántico.
Blanca Esther Holanda
BEH