Todos los seres humanos experimentamos constantemente emociones, todas ellas tienen un lugar y un momento. Alegría, miedo, cólera, tristeza, sorpresa, gratitud, admiración, felicidad, etc. Hemos aprendido a catalogar las emociones como buenas o malas, útiles o inútiles, deseadas o temidas. Sin embargo, es un gran error importante y para rectificar cuanto antes. Todas, absolutamente todas las emociones son útiles. ¿Cómo sería nuestra vida sin la guía de estás maravillosas compañeras?
Sí podemos decir que algunos efectos de nuestras emociones son negativos para nosotros y para otros, si tenemos en cuenta algunos comportamientos. Sin embargo, el gran objetivo de nuestras emociones es aclarar nuestro pensamiento, reforzar nuestro sistema inmunitario, protegernos de los peligros, y llevarnos a tomar decisiones correctas. Aunque, también es verdad que pueden llevarnos a situaciones difíciles, a veces, incluso, estados de estrés, conflictos, sufrimientos psicológicos y puede que físicos.
Las emociones actúan principalmente en tres niveles:
1. El de nuestros pensamientos
2. El de nuestros comportamientos
3. El de nuestras relaciones sociales
La inteligencia emocional consiste en vivir mejor con tus propias emociones y con las de los demás. No se trata de controlar los pensamientos o eliminar unas emociones en provecho de otras, si no de cambiar nuestra relación con las emociones para construir una vida más armoniosa, más plena y feliz.
La palabra emoción viene del latín “exmovere o emovere”, que significa “movimiento hacia el exterior” o “poner en movimiento”, es decir, lo que nos pone en movimiento en el exterior y en el interior de nosotros. Es una manifestación psíquica vinculada con la percepción de un hecho en nuestro entorno externo o en nuestro espacio mental interno. Cada milésima de segundo nuestro cerebro recibe millones de datos referidos a la percepción, al tratamiento y a la regularización de las emociones. Además, estos datos influyen en otros fenómenos psicológicos como son la atención, la memoria o el lenguaje verbal y no verbal.
Para aprender a gestionar mejor nuestras emociones es importante seguir los siguientes pasos:
1. Identifica tus emociones: pon un nombre a cada emoción que sientes con el fin de comprenderla mejor y también podérsela comunicar a los demás.
2. Describe tus emociones: Tomate un tiempo para sentir tus emociones y describirlas
3. En vez de evitar la emoción es mejor aceptarla: Evitar, rechazar o pelearnos con nuestras emociones no es algo inteligente, es más bien una batalla perdida desde el principio, un callejón sin salida con una guillotina al final. Esto contribuye a aumentar el malestar a largo plazo. Por otro lado, si evitamos las emociones estamos impidiendo aprender de ellas. Por lo tanto acéptalas, familiarízate con ellas. Aceptar las emociones es un los métodos de ser consciente de nuestro automatismo para crear un espacio de libertad en nuestras vidas.
4. Comprende tus emociones: las emociones se pueden clasificar según nuestras necesidades. Revisa qué necesidades necesitas llenar más:
-Seguridad: sentirse seguro físicamente, pero también material y moralmente
-Estímulo: experimentar estímulos que pueden ser físicos o mentales
-Afectivos/sociales: necesitamos establecer vínculos con los demás y tener relaciones de amor, de amistad, de pertenencia.
-Estima/reconocimiento: para todo ser humano, es importante sentir que tiene valor, que es útil, que existe a los ojos de los demás.
-Autonomía: necesitamos sentir que podemos decidir por/para nosotros mismos, que tenemos una cierta libertad en nuestras decisiones
-Sentido/coherencia: para todo ser humano es importante sentir que su vida tiene una coherencia, que tiene sentido. Nuestra necesidad de sentido está relacionada con nuestros valores.
5. Intenta hallar la forma de satisfacer tus necesidades básicas de seguridad, estímulo, afecto, estima, autonomía y sentido.
6. Haz una lista de tus valores, los que rigen tu vida
7. Haz una lista de las actividades que te enriquecen
8. Entiende que no eres tus pensamientos. Aprende a separarte de ellos. Deja tus pensamientos en una silla y tú siéntate en otra distinta y obsérvalos, ¿cómo son? ¿qué podrías cambiar de ellos? ¿Son útiles? ¿Te acercan a tus objetivos, a tus sueños, a las personas que quieres? ¿Son constructivos?
9. Vive en el presente, toma conciencia a cada momento de donde estás, qué estás haciendo y con quién estás
10. Ejercita la gratitud: todos los días da gracias por todas las cosas que tienes. Haz una lista de las cosas por las que estás agradecido en esta vida y leela todos los días.
11. Aprende a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida
12. Escribe al menos dos cartas de agradecimiento a dos personas, quizás una de ellas seas tú.
13. Aprende a diferenciar las necesidades de las expectativas
14. Aprende a expresar tus emociones de forma responsable y respetuosa para ti y para los demás.
15. Usa el sentido del humor para desdibujar situaciones conflictivas contigo o con los demás. El humor es un gran chaleco salvavidas, úsalo.