Estar Presente en Cuerpo y Alma

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Nuestra forma de expresar y recibir el amor está profundamente relacionada con nuestra primera relación íntima, el vínculo con nuestros padres. Ellos tuvieron una influencia muy real en nuestra forma de ser, de amarnos y de amar a otros. No sólo porque al nacer dependemos absolutamente de ellos para sobrevivir, sino porque fueron las primeras personas a quien amamos y por eso es tan importante la presencia emocional de los padres, así como la calidad del encuentro.

Vivimos robotizados, sin contacto con nosotros mismos, lo que genera una gran dificultad en la relación con los otros. No hay nadie aquí para tener un encuentro, no hay tiempo para estar presentes el uno con el otro, siempre hay algo que hacer. Nos preocupamos tanto para que no les falte nada a nuestros hijos que perdemos de vista que lo que nos llena de vitalidad y alegría es el encuentro y la presencia. Desde pequeños empezamos a percibir que tenemos emociones, experiencias y deseos que no tienen que ver con lo que nuestros padres esperan de nosotros, nos dicen que no hay que llorar que no hay que pegar al hermano que hay que lavarse los dientes todos los días, pero nuestro deseo es otro y esa distancia entre lo que sentimos y lo que nos dicen que debemos sentir nos hace dudar de nosotros mismos.EL LIBRO QUE TE AYUDARÁ A DESARROLLAR TU INTELIGENCIA INTUITIVA, IMPRESIONANTE


Percibimos que no somos aceptados como somos, dudamos de lo que nos sucede y empezamos a separarnos de nuestras sensaciones, la personalidad construida, si un niño tiene ganas de jugar y su madre le dice que lo correcto es irse a dormir, empieza a desconfiar de lo que siente pues no es lo que se espera de él, debería tener sueño si no tengo sueño, ¿es que hay algo malo en mí? así es cómo empezamos a pensar que lo que nos pasa es inadecuado y tenemos que ocultarlo, se trata de un proceso natural, es inevitable, nos separamos de nuestro ser y elaboramos una tragedia para sobrevivir. Intentamos no tener necesidades, ser perfectos, hacer cosas para que nos quieran, para dominar a los demás, para que nos aplaudan, para que nos miren, estrategias que en realidad nos alejan de nosotros mismos. La estrategia es lo opuesto a la presencia, así es como comenzamos a construir una identidad para funcionar en el mundo y no está mal, es necesario la personalidad, es muy funcional para trabajar y protegernos.

El conflicto surge cuando después de muchos años olvidamos que esa identidad era una herramienta de supervivencia y creemos que somos eso, empezamos a dudar de lo que sentimos y a confiar sólo en nuestra personalidad, perdemos contacto con nosotros mismos y para compensarlo intentamos hacer y tener cosas, lo que nos conduce a la frustración y al vacío porque nada es suficiente, siempre hay que hacer más, tener más, otras veces nos imaginamos que si encontramos a una pareja o tenemos un hijo, por fin colmaremos nuestro vacío, buscamos fuera las respuestas a las preguntas sobre cómo debemos sentirnos, cómo vamos a ser felices, quiénes somos, qué nos va a dar paz, pero éstas son cuestiones que sólo podemos resolver en nuestro interior.

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Blanca Holanda. escritora de libros y novelas tales como: La coleccionista de sensaciones o Clandestina

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