Dejar las cosas pospuestas para mañana es algo muy generalizado, la frase “ya lo haré mañana” hace que a veces no potenciemos lo suficiente nuestra fuerza de voluntad.
Las personas holgazanas no tienen una voluntad fuerte y están privadas de carácter, aunque también sufren mucho porque dan mil vueltas a las cosas y a las obligaciones que tienen sin llegar nunca a concretar.
No importa de qué tareas se trate, bien sea desempeñar un trabajo o hacer las cosas de la casa o ir a comprar algo. Este tipo de personas lo postergan como si hubiera una fuerza externa que les paralizara y les impidiera pensar por ellos mismos. Suelen ser un tipo de personas que cualquier toma de decisión y consiguiente acción les genera muchos conflictos, normalmente acaban agotados pensando y pensando qué van a hacer sin llegar a ningún puerto y dejando todo pospuesto para el día siguiente.
Las personas que aplazan constantemente lo que tienen que hacer están evitando el hoy, y esto se debe a varios motivos: uno de ellos es el temor a lo desconocido y también la indecisión excesiva, casi patológica en algunos casos. Las personas que aplazan todo, normalmente se justifican constantemente y el momento de tomar acción no llega nunca, padecen del autoengaño y sabotaje con este tipo de actitudes.
El negativismo y la pobre autoestima hace que estas personas no emprendan acciones. A veces por miedo al ridículo e incluso en ocasiones, por miedo a no estar a la altura de las circunstancias. Suelen estar bastante bajos de energía y cualquier trámite les supone un esfuerzo impresionante y es entonces cuando se paralizan, evaden las soluciones a sus problemas, y postergan sus actividades recreativas retrasando la decisión de mejorar incluso oportunidades profesionales.
En definitiva, todo esto tiene un coste emocional para estas personas y también para la gente que les rodea, especialmente para la pareja y compañeros de trabajo más cercanos, ya que no asumen sus responsabilidades y no maduran. En ocasiones suelen padecer de culpa por ser la causa de sus propios males, lo cual lleva incluso a algunas personas a la depresión.
La autora Rita Emmett en su libro ¡Hágalo ya! habla de todas las ventajas que tiene el hecho de ganarle la partida a posponer todo. La diferencia es que aparece una bonita sensación de control sobre la vida, y esto, con el tiempo, se convierte en un refuerzo para la autoconfianza.
Para lograr este cambio simplemente hay que modificar algunas pautas de conducta con paciencia y dándole tiempo al tiempo, si es que hemos estado durante muchos años con el mismo patrón.
Una buena práctica es empezar haciendo una lista de las cosas pendientes y dejar de pensar si tenemos o no ganas de hacerlas. Cuando negamos la realidad esta no mejora, ni las cosas se hacen solas. Una gran pregunta con mucho potencial es ¿qué es lo peor que me podría pasar si hago lo que llevo meses postergando? Lo que sucede es que el resultado es positivo y no solamente no sucede nada malo, sino que nos damos cuenta de que deberíamos haberlo hecho antes porque ahora nos sentimos mucho mejor.
¿Qué más podemos hacer para tomar acciones y potenciar la fuerza de voluntad?
1. Cambia tu vocabulario y elimina las palabras “quizás”, “mañana” o la frase “espero que todo salga bien”, esto provoca actitudes negativas sin darnos cuenta. Es mucho mejor y más potenciador el decir «haré que todo resulte bien«.
2. Escribe una lista de las cosas pendientes y según las vayas haciendo táchalas, esto produce un gran placer, mentalmente nos libera y nos impulsa a seguir con otras acciones.
3. Empieza siempre por lo que menos te guste, a primera hora de la mañana es cuando estamos más frescos, así que es muy recomendable que inviertas este tiempo para hacer lo que te da más pereza. Liberarás tu mente el resto del día.
4. No esperes a que aparezcan las ganas simplemente toma acción comienza con el movimiento y la inercia te llevará a cumplir con el resto.
5. Date una recompensa con algo que te guste mucho cada vez que hayas llevado a cabo una tarea pendiente. Esta práctica reforzará el nuevo hábito que estás ejercitando. Cuando nos premiamos la mente empieza a aprender que si toma acción tiene recompensa y esto le gusta mucho. El subconsciente funciona de una manera muy distinta al consciente y está en constante acción aunque no nos demos cuenta, por eso es muy importante el vocabulario que nos decimos y las acciones que refuerzan nuestros nuevos hábitos.
Si hasta ahora has estado dejando cosas para mañana y te has comportado de una manera holgazana y con poca voluntad, ahora es el momento de tomar acción y llevar las riendas de tu vida por donde te mereces: El camino del Éxito y la Recompensa de tus logros.