El comportamiento más sano es el que simplemente consiga hacernos más auténticos. Existe una serie de comportamientos comunes que en principio pueden considerarse negativos pero que en algunas situaciones pueden ser saludables tanto para nuestra mente como para nuestro cuerpo. Los más destacados son estos siete.
1- La ira
La ira es algo que muchos de nosotros evita expresar y sin embargo, puede ser muy liberador. Es un tipo de energía emocional que surge en nosotros cuando nos sentimos dolidos y si se expresa de manera saludable puede ser poderoso para nuestras vidas, ya que si negamos la ira y nos la guardamos en nuestro interior puede convertirse en rabia o depresión y llevarnos a un estado habitual de pesimismo y desánimo.
2- La sensación de estar perdido
Nos sentimos perdidos principalmente cuando hemos perdido nuestro sentido de la orientación. Sin embargo, cuando estamos perdidos, tendemos a prestar atención al momento y a nuestros instintos y actuamos de una manera diferente de la que nos hubiéramos planteado desde un principio, sobre todo si todo hubiera salido a la perfección.
En la vida en general es necesario elegir caminos para poder emprender nuestro viaje. Podemos plantearnos escoger caminos que en un principio nos pueden parecer de un valor secundario porque nos ayudarán a descubrir talentos desconocidos en nosotros mismos. Al igual que elegir caminos intermedios nos puede ayudar, con el tiempo necesario, a dar con el verdadero camino para cada uno de nosotros.
3- Llorar
Llorar es una respuesta del cuerpo a diferentes emociones, ya sean de pérdida o alegría. Lo importante es llorar para evitar guardarnos esa sensación y provocar que se convierta en una experiencia tóxica para nuestra mente y nuestro cuerpo.
Además el llanto da a entender a los demás que en determinadas situaciones de la vida, todos somos vulnerables y da una imagen más sensible de cada uno de nosotros.
4- Estar solo
Pasar tiempo a solas no tiene que ser visto con un matiz negativo. A veces es necesario tomarnos tiempo para nosotros mismos y reflexionar en soledad de todo lo que estamos viviendo y lo que nos está pasando. Si una persona se aísla de forma repetida puede suponer un problema pero en determinadas ocasiones es positivo para encontrar la inspiración más profunda, relajarnos y centrarnos en nosotros mismos y nuestros pensamientos.
5- No escuchar
No escuchar a los demás puede ser visto como una forma antisocial o incluso arrogante de comportamiento, y sin embargo, hay momentos en los que debemos seguir nuestra propia intuición y comportarnos como nuestro cuerpo y nuestra mente nos pide.
Hay que saber reconocer cuando tenemos que escuchar a los demás y cuando no. Seguir a nuestro corazón y nuestro camino a veces es más saludable que hacer caso a lo que los demás nos quieren inculcar, ya que puede que no piensen en nosotros, sino en ellos mismos y nos acabe perjudicando.
6- Rompiendo las reglas
Romper las reglas en determinado momento puede mejorar nuestra vida y, a su vez, la de otros. Las reglas se basan en la razón y en ocasiones lo que nos dice el corazón es igual o más importante que seguir fielmente la regla establecida. Siempre teniendo en cuenta que lo ideal es conseguir el bien común y no dañar a nadie a nuestro paso.
7- No encajar
No encajar puede ser doloroso e incómodo pero también puede significar que somos unos innovadores y que tenemos algo que ofrecer más allá de la norma vigente. Lo sencillo es seguir los pensamientos e ideas propias de la comunidad, pero si nuestra imaginación, nuestros sentimientos y nuestros pensamientos van más allá de lo establecido y pueden ayudar a que el mundo sea más completo, no dudéis en seguir vuestras creencias y en dar lo mejor de vosotros mismo, aunque en un principio os cueste obtener compresión de los demás y encajar en un grupo.
Con estas ideas os quiero mostrar que a veces los comportamientos que en principio pueden ser negativos y, a veces, incomprensibles, pueden tener su explicación y se pueden tomar como propios en determinados momentos de nuestra existencia. ¿Quién no necesita estar solo en algún momento?, ¿quién tiene que reprimir sus lágrimas por temor a lo que opinen los demás?, ¿quién tiene que aguantar su ira cuando todo no va por el buen camino?, ¿quién está obligado a hacer lo que los demás le digan sin tener en cuenta lo que su corazón y sus creencias le digan?.
Está claro que hay ocasiones en la que estas acciones y comportamientos están justificados y que hay que entender a las personas que los llevan a cabo teniendo en cuenta la situación de cada uno de nosotros. Siempre sin hacer daño a los demás y sin tomarlo como algo habitual en nuestras vidas, sino como algo puntual.